
Ayer, cuando vivía, atormentado por el vagar de las vacas en la acera,
Ayer, que vivía, en intranquilo coqueteo con la muerte,
Tuve un desliz impensable, digno del torpe, digno de un grito,
Me dejé tentar por su risa, que me arrastró por calles húmedas y sucias,
Ofensiva hilarante del “Tet” parisino,
Dragones rojos, volantes de papel y aluminio…
Risa incómoda, monstruos de felpa…
Me robaron la caricia y perdí el camino hacia mi cama,
La revelación final, de mi ímprobo “passes de faire” me hizo aceptar una verdad tan cómica que roza el límite de la tragedia…
Un mundo, con vacas de felpa y animales pintados en una cometa lisiada,
Bien puede ser una curiosa definición de un sitial en el infierno…
Quizás escucho, disfrazado entre el humo que me mata dulcemente,
La risa de un dios cínico y comediante,
Un coro, de sus ángeles sucios, susurrantes,
Burlándose de mi empeño…
Que poco rato dura la vida eterna,
Cuan fácil es escapar del castigo y el deber (Que son lo mismo)
Cuando hay en los bolsillos tabaco y delirio…
Sariel Rofocale