viernes, 16 de enero de 2009

Retrato

Soy un detestable testigo de los días que corren,
un ignominioso cronista de personas y tragedias;
ejerciendo sin piedad la profesion del olvido,
agujereando atardeceres con mi rareza insomne...
Fiel escribano de la masacre que el tiempo hace en mi rostro,
incolume asesino de ilusiones y vicios, dador de palabras qye se escapana con el viento,
para morir en los oidos del infierno...

Heraldo de la inconstancia, constructor de impiedades;
hastiado postaestandarte del ejército del miedo;
dormido trovador, en los eriales del tedio...

Y, está escrito; que me enfrentaré a la vida, en incontables callejuelas mas,
y burlare a la muerte hasta el final del mar;
que perderé el amor una y otra vez;
que caerán mis amigos, presas de la tormenta, enamoradosm del mal,
y mi historia será una sola sombra, cicatrizada en mi piel ya insensible...

ingrato es el final que acompaña a los hombres; borroso es el destino que nos aguarda;
Una unica certeza me invade, cada tarde, una sola imagen, un
Deja vu arido y siniestro...
Una rosa mustia, roja, como el vino añejo, que resguarda mi pecho cuando duermo en mi tumba, depositada con odio por las cariñosas manos del demonio que me acompaña...

!!Salve Oh muerte,
que todo acabas;
con tu fría caricia y tu encendida mirada!!

Sariel Rofocale
Caballero del Olvido