sábado, 8 de agosto de 2009

Silencios

EL silencio es más triste cuando no existen voces con las que matarlo…
Más opresivo cuando sin cesar te encuentras, un poco mas allá de la redención del grito…
Es dolorosamente cierto que cada momento de magia, es precedido por la eternidad... incontables instantes de agónico aburrimiento…
Si acaso alguien pudiese encontrar la manera mas certera de salvarse a sí mismo, sin la penosa necesidad de morir en el intento… ¿No es acaso por todos sabido, que los redentores son caducos e innecesarios en esta era de fantasmas?
¿Como puede el poeta sobrecogerse ante la inmensidad de un papel en blanco?
Pero volvamos al silencio, y su aterradora simpleza, su poderosa garra desfigurando sin piedad el signo antes de que este se dé a luz a sí mismo…
Ese silencio que se adentra implacable dentro de cada ser vivo… Hasta que ya todo, y todos, son antes que nada un silencio enorme, agresivo, posesivo y celoso, que se disfraza sin la menor vergüenza de ruido…
Este silencio,
Este silencio por el que violaría mis manos con el filo amable y preferible de la muerte…

Sariel Rofocale…

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