martes, 27 de mayo de 2008

Gritos...

Yo grito; para poder caminar;

Y sueño, para agotar mi demencia,

Raspando mi piel contra las piedras del camino...

Yo sueño, para confirmar que estoy vivo,

Y miento; para ganarle a la vida,

Otro boleto a la tragedia,

Otra ilusión y otro camino...

Río, bendecido con la prisa, entre recuerdos añejos,

De mi conciencia y, el ruido,

Y expulso de mi la angustia, para ser vencido por el frío.

Yo me condeno a este infierno, con audacia y premura,

Para poder anunciarle al muro,

Que yo existo, que respiro, y que al parecer no me he rendido...

Y gritaré esta tarde; y todas las que me resten de vida,

Los viejos y nuevos conjuros; ante la horrenda sinfonía

De gritos que penan conmigo...

Escupo al aire mi rabia, evoco un pedestal para aplacar mi odio,

Y pierdo de nuevo,

Y me juego la cordura,

Con ojos cerrados y ruegos,

Con el rostro desfigurado por la alegría,

Cada momento, cada asalto a la intimidad de cielo,

Me cuesta una lágrima penosa,

Sangrada por mi alma sucia y descontenta.

Yo grito, para decir que ¡Me desprecio!

Y quiero seguir viviendo,

Por que el camino es incierto, y hace mucho que perdí el rumbo

Que me marcaba la pureza.

Sariel Rofocale

No hay comentarios: